Con más de 10 000 asistentes, incluidos 60 jefes de Estado y delegaciones de 150 países, participaron en más de 400 actos entre plenarios, mesas redondas y encuentros bilaterales, Sevilla se convierte en epicentro global de la financiación para el desarrollo
Desde el pasado lunes y hasta el 3 de julio, Sevilla acoge la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FFD4), un evento clave que reúne a más de 70 jefes de Estado y de Gobierno y a representantes de 150 países. El objetivo: buscar soluciones ante los enormes desafíos financieros que dificultan el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.
La cita se celebra en un momento especialmente delicado. La cooperación internacional ha disminuido, afectando de forma crítica a los países más vulnerables. De hecho, según la OCDE, la ayuda global cayó un 7 % en 2024 y podría reducirse hasta un 17 % este año. A este contexto se suma una ausencia destacada: Estados Unidos ha decidido no asistir ni firmar el documento final, el "Compromiso de Sevilla", que sí ha sido respaldado por la mayoría de países participantes.
Una llamada urgente a la acción
"El sistema actual no está beneficiando a las personas para las que fue diseñado", reconoció Amina Mohammed, vicesecretaria general de la ONU. En su intervención ante la prensa, destacó que esta cumbre representa una oportunidad única para reformar las reglas del sistema financiero internacional y situar las necesidades humanas en el centro.
Una década después de la cumbre de Adís Abeba (FFD3), donde se aprobó la Agenda 2030, y más de veinte años tras el histórico Consenso de Monterrey (2002), la conferencia de Sevilla pretende relanzar el compromiso global con una arquitectura financiera más justa, inclusiva y eficaz.
El déficit de 4 billones que frena los ODS
La ONU estima que el mundo enfrenta un déficit de financiación anual de 4 billones de dólares para cumplir con los ODS. El secretario general, António Guterres, advirtió recientemente que “nos estamos desviando dramáticamente” del camino marcado para 2030. El "Compromiso de Sevilla", un documento político de 38 páginas negociado durante meses, reconoce esta brecha y propone reformas urgentes en el sistema financiero global, incluyendo:
Canjes de deuda por clima.
Cláusulas de pausa en pagos por catástrofes naturales.
Posibles gravámenes globales de solidaridad sobre actividades altamente contaminantes.
Una arquitectura que no funciona para todos
Uno de los puntos más debatidos en la cumbre es la distribución desigual de la financiación internacional. Como alertó Laura Muñoz, del Fondo de Capital de Desarrollo de la ONU, el 80 % de la inversión en energías renovables en África se concentra en solo cuatro países. Esto refleja un sistema en el que los fondos privados apenas llegan a los mercados considerados "demasiado arriesgados", como muchos del sur global.
Según Eurodad, 130 países se encuentran en situación de endeudamiento crítico. Desde la pandemia, al menos 13 han dejado de pagar su deuda externa. Para muchos, la reforma de la arquitectura financiera ya no es una opción, sino una necesidad urgente.
EE.UU., el gran ausente
La retirada de Estados Unidos ha generado un fuerte debate. Washington ha rechazado sumarse al "Compromiso de Sevilla" por discrepancias sobre temas clave como la gestión de la deuda, la perspectiva de género y el comercio internacional. El documento incluye referencias al empoderamiento de las mujeres y al impacto diferenciado de la pobreza en función del género, temas que la administración estadounidense no respalda en este contexto.
Aun así, la ONU insiste en que esta ausencia no obstaculiza los avances. “Es lamentable, pero seguiremos trabajando para demostrar que este sí es el camino”, afirmó Amina Mohammed.
Una cumbre con impacto global… y local
Más allá de sus implicaciones internacionales, la cumbre también tiene impacto en la ciudad anfitriona. Sevilla ha desplegado un operativo de seguridad sin precedentes, con más de 8 000 agentes y amplias restricciones en la movilidad urbana. Pero también se ha convertido en el foco de atención global, acogiendo a líderes como Emmanuel Macron, Ursula von der Leyen, Cyril Ramaphosa, Pedro Sánchez, Mia Mottley, y el propio António Guterres.
¿Y ahora qué?
Aunque el "Compromiso de Sevilla" no es legalmente vinculante, sí marca una hoja de ruta política hacia una transformación del sistema financiero internacional. La gran pregunta es si los países cumplirán sus promesas y si lograrán cerrar la enorme brecha financiera antes de que sea demasiado tarde.
Porque, como recordó el embajador de España ante la ONU, Héctor Gómez, esta cumbre es más que una conferencia: es una llamada a la acción, un momento clave para demostrar si el multilateralismo aún puede ofrecer respuestas frente a los grandes desafíos globales.